En un entorno saturado de empresas que ofrecen los mismos productos o servicios que nosotros, lo único que nos queda es destacar entre las demás. Es por eso que establecer una estrategia de marketing relacional puede ayudar a tu empresa a conseguir esa diferenciación.
El marketing relacional se refiere al conjunto de estrategias de construcción, diseminación de marca, fidelización y creación de autoridad en el mercado.
Nos podemos referir también a un proceso por el cual la empresa tiene como objetivo fidelizar a sus clientes. Pero además de fidelizarlos, queremos convertirlos en defensores y promotores de la marca, para así conseguir un verdadero boca a boca, que permite aumentar la visibilidad y el alcance de manera constante.
Otro objetivo de esta estrategia es convertirse en referencia para el mercado por las buenas experiencias ofrecidas a los usuarios. Esto se consigue gracias a la creación de una relación en la que la empresa ofrece ventajas a sus clientes a través de acciones de comunicación bien estructuradas.
ETAPAS DE UNA ESTRATEGIA DE MARKETING RELACIONAL.
Las opiniones de los clientes son clave para conseguir que la estrategia de marketing relacional funcione de manera efectiva. Además, la implementación de la estrategia no busca que las ventajas sean rápidas, sino establecer esas relaciones de confianza y, sobre todo, a largo plazo.
Una de las claves es apostar por la mentalidad “win-win”, en la que ni ganas tú ni gana el cliente, sino que ganáis los dos.
Para hacerte el trabajo más fácil, te mostramos 4 etapas a seguir para llevar a cabo cualquier estrategia de marketing relacional.
1. Base de datos de clientes reales y potenciales. de cabecera
Lo principal para poder desarrollar cualquier estrategia eficiente es contar con una buena base de datos fiable y de calidad que tenga todo lo que necesitas saber sobre tu cliente, como sus gustos, necesidades, deseos, exigencias, expectativas y datos demográficos, entre otros.
Esto va a construir una buena base para, en el siguiente paso, hacer la segmentación de manera correcta.
Además, analizar la información y tener claro por qué el cliente es leal a nosotros es el mejor método para desarrollar un plan efectivo de marketing relacional desde el principio.
2. Segmentación
Una vez que contamos con una base de datos lo suficientemente buena y completa, podemos empezar a segmentarlos identificando comportamientos o datos demográficos similares que nos permita distinguirlos en diferentes segmentos y llevar a cabo una estrategia personalizada en cada uno de ellos.
Sin duda, el objetivo que tiene que tener este tipo de estrategias es obtener relaciones duraderas con los clientes, aunque está claro que hacerlo con todos es imposible. Por eso, a través de estos datos y segmentación podremos identificar a aquellos que nos resulte más rentable darles ese servicio más personalizado.
3. Adaptación de los mensajes.
Cada segmento y cada tipología de cliente va a tener unas características, necesidades e intereses diferentes, por lo que tendremos que adaptar el tono, ofertas y promociones dependiendo de a que segmento nos estemos dirigiendo en ese momento.
Un truco que se puede hacer en estos casos es hacer al cliente partícipe de tu marca, preguntándole sobre algún punto del proceso creativo de tu producto, participando en el eslogan de la marca o creando acciones muy puntuales dirigidas a él, haciendo que la experiencia de usuario y la relación en un momento y espacio determinados mejore.
4. Interacción
Interactuar con nuestros clientes es un punto clave en este tipo de estrategias de marketing. Nos interesa saber su opinión, críticas y sugerencias, en resumen, tenemos que escucharlos.
En algunos casos ni siquiera es necesario llevar a cabo acciones muy específicas, pero solo con el hecho de que el cliente se sienta escuchado estás creando un vínculo más importante que cualquier otro, además de conocerlos aún más y saber qué ofrecerles en cada momento.
5. Evaluación de resultados.
Una vez implementada la estrategia y las acciones de marketing relacional, es imprescindible, como en cualquier otra, una evaluación de los resultados para determinar si se han cumplido los objetivos o no.
Puedes utilizar varias métricas para evaluar estos resultados, como el volumen de ventas, si el ticket promedio es más alto o se han generado ventas a partir de referencias, aunque hay muchas más que puedes elegir con relación a tu caso en concreto.
Para evaluar estos resultados, además de herramientas como Analytics, puedes hacer encuestas y preguntas directamente a tus clientes a través de los diferentes canales de comunicación que tengas con ellos.
¡Si te has quedado con ganas de saber más o de implementar este tipo de estrategia para tu negocio, desde Agencia SPM pondremos todo el empeño en ayudarte en lo que necesites!